Si tuviéramos que elegir una frase para definir la capital de Minas Gerais, sería esta: una ciudad efervescente. La tercera ciudad más grande de Brasil y la cuarta más rica, Belo Horizonte se destaca por su unión de urbanización ordenada tradicional y contemporánea con una naturaleza exuberante y aire cosmopolita con la hospitalidad de Minas Gerais.
Rodeada por la Serra do Curral, Belo Horizonte fue la primera ciudad brasileña moderna planificada y su nombre realmente no podría ser más apropiado. Desde lo alto de sus montañas y montes, mires donde mires, los paisajes son impresionantes. Y la naturaleza, siempre muy generosa con esta región, ofrece cada día un espectáculo único: una puesta de sol deslumbrante. La capital cuenta con decenas de plazas bien conservadas, calles arboladas, hermosos jardines y grandes parques, que son refugio de diversas especies de fauna y flora y que sirven de refugio a quienes buscan tranquilidad, salud y bienestar. Por todo este afán por la naturaleza, la ciudad ya ha sido reconocida con el título de “ciudad jardín”. Con la inspiración de quienes cuentan con tanta belleza natural, Beagá respira cultura, arte, bohemia y gastronomía. Su bulliciosa vida cultural alberga todo tipo de espectáculos, exposiciones y festivales internacionales. Sus grupos de danza, teatro y música cruzaron las montañas para conquistar el mundo. Acompañando todo este bullicio, la ciudad ofrece amplias opciones gastronómicas.
Sus tradicionales bares con sillas en las aceras son una invitación irresistible para reunirse con amigos, charlar, ligar y probar diferentes tipos de snacks que son tan deliciosos que incluso ganaron un festival. Beagá es la capital latinoamericana de los bares y para quienes gustan de un ambiente más informal y bohemio, no hay mejor lugar para visitar.
